CARLOS CARIÑO
Ha habido fenómenos en el mundo del fútbol que ensancharon su leyenda por mor de una vida extradeportiva peculiar, extravagante o desaliñada. Del talento al caos. Del arte a la bohemia; de la magia al desorden. José Manuel Moreno, el fenómeno argentino que iba sin dormir y borracho a los partidos y era el mejor; George Best, ‘el quinto Beatle’; Carlos Caszely, un maravilloso chileno que no llegó a más por su vida descolocada; Ortiz Aquino, un jugadorazo del mejor Espanyol y al que perdió la botella; Maradona, Darío Silva, Guti... Genios sobre la hierba y rebeldes sin causa en los terceros tiempos. Nos detenemos en el más genuino de todos: Mágico González. Introduciremos su increíble historia con una frase de Manuel Irigoyen, recordado presidente del Cádiz: “Si hubiera sido disciplinado, no habría venido al Cádiz. Estaría en el Real Madrid o en el Barcelona”.

La primera vez que vimos jugar a semejante portento en España fue el 15 de junio de 1982. Estadio Martínez Valero de Elche, en el Campeonato del Mundo que se jugó en nuestro país al que El Salvador se había clasificado 12 años después de la ‘Guerra del Fútbol’ que enfrentó militarmente con Honduras, tras unas eliminatorias clasificatorias para el evento de México en 1970. El Salvador se medía a la entonces poderosa Hungría de Kiss, Fazekas, Nylasi, Torocsik y Toth. Los magiares ganaban por 5-0 con pasmosa facilidad. Pero resultaba llamativo el recital que daba el extremo izquierdo salvadoreño con sus greñas y sus medias a media pierna. Habilidad, regates, taconazos, túneles, amagos, desmarques... ¡Cinco húngaros le vigilaban! La jugada del 5-1 está considerada como una de las más brillantes de la historia. En un palmo de terreno, González se fue de media Hungría y su centro fue rematado por Ramírez. Era el 5-1 que los centroamericanos celebraron como si fuera el gol de la victoria. Hungría acabó ganando por 10-1, en lo que sigue siendo la mayor goleada en toda la historia de los Mundiales. De aquella Selección de El Salvador además de Jorge González, Mágico en adelante, destacaba Huezo Montoya, que fichó por el Palencia, y Jaime Rodríguez, apodado ‘La Chelona’, que hoy es Ministro de Deportes.
Jorge era el menor de ocho hermanos integrante de una familia humilde que sobrevivía como podía en unos años donde la guerrilla del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (hoy partido político) castigaba al gobierno dictatorial de la época. Tras dar sus primeras patadas en el ANTEL y en el Independiente de San Vicente, pasó al FAS de Santa Ana, el equipo más importante del país. Tras una exhibición futbolística, el comentarista deportivo Rosalío Hernández Coronado le bautizó como ‘El Mago’. Para los restos. Ya su llegada a Europa tuvo miga, Le quería el Atlético de Madrid, pero le fichó el París Saint Germain. El Mago, directamente no se presentó porque “París estaba muy lejos”. Camilo Liz, secretario técnico del Cádiz, previo pago de siete millones de pesetas, se lo trajo para la Tacita de Plata. Su superioridad sobre el terreno de juego era directamente proporcional a su poco amor por la disciplina. “Reconozco que no soy un santo y que las ganas de juerga no me las quita ni mi madre. No me gusta tomarme el fútbol como un trabajo. Sólo juego para divertirme”. Declaración de intenciones.
Aquel Trofeo Carranza.
La ‘torcida amarilla’ descubrió al mito en una semifinal del Trofeo

Con el Barça de D10s.
En 1984, el Cádiz descendió a Segunda. El Barcelona se interesó en el


Sin pasar por la escuela.

David Vidal: amor, odio...
David Vidal coincidió con el Mago durante ocho años, entre 1982 y 1990, cinco como segundo entrenador y tres al frente del banquillo del Cádiz. Trató de mantenerle en vereda, porque no le gustaba entrenarse, y era capaz de estar una semana sin aparecer por los entrenamientos, con lo que el técnico gallego daba la convocatoria sin contar con su estrella. Un día el afectado le rebatió. Y para demostrárselo sacó un paquete de Winston y se puso a dar toques malabares con la puntera, el empeine y el tacón. ¡Cincuenta sin que el sufrido paquete cayera al suelo! Tras dejar a todos boquiabiertos, se marchó con un “¡ahí te quedas!”.
Vidal contaba con pelos y señales las noches que se iba a buscarle por esos bares de Dios y como Mágico se escondía detrás de unas cortinas, en la cabina del disc-jockey o, con la complicidad de los empleados, se escapaba por la puerta de atrás de los lugares que frecuentaba. Hugo Vaca, excompañero y uno de sus mejores amigos, sostiene que el entrenador que mejor supo llevarle fue Víctor Espárrago: “Porque le trató como una persona”. Durante un año, su compañero de correrías fue Onésimo (actual entrenador del Murcia), que fue cedido un año al Cádiz por el Valladolid: “El Mago y yo la vamos a liar”, dijo en el momento de su incorporación. ¡Vaya si la liaron!
Contaba Vidal que solía echarle broncas para tratar de enderezar su carrera. “¡Con el talento que usted tiene, y lo está desperdiciando! ¿Qué va a hacer cuando se retire del fútbol?”. Su respuesta le dejó atónito: “Mi ilusión es ser conductor de autobuses”.
Escuela de niños.
En la falda del estadio Cuscatlán, el más grande del país, con una
Durante su etapa como jugador era frecuente verle con importantes
Una vida para el cine.
Manuel Jiménez Núñez es un productor cinematográfico malagueño


Son muchas las anécdotas que se cuentan sobre él y no todas son verdad. Es famosa la de un mayordomo (sí, sí, un mayordomo) que le frotaba la espalda mientras se encontraba en la bañera. Pero el Mago siempre se revolvió cuando
se escribió que estaba trabajando como taxista en Nueva York. Sí es verdad que el mayordomo le acompañó hasta Valladolid, en un fichaje rocambolesco y donde lo primero que dijo a su llegada a la capital. Exigió por contrato no cobrar ni un duro a cambio de que su escuela de fútbol en El Salvador llevase su nombre castellana fue “tengo mucho frío y mucho sueño”.
Es famosa la anécdota de aquel partido contra el Atlético de Madrid: durante el descanso le estaban dando una sesión de masaje. Y en el comienzo de la segunda mitad, el Cádiz saltó al terreno de juego...con sólo 10 jugadores. ¡Faltaba el Mago, que se había quedado dormido! En otra ocasión fue sorprendido en una de estas sesiones en un acto más individual...
Pero su arte traspasaba fronteras. En un partido contra el Racing de Santander marcó un gol desde el centro del campo a Pedro Alba. El meta cántabro salió corriendo a su encuentro como un poseso... Para felicitarle por la obra de arte que acababa de firmar.
Mágico González, a sus 55 años, vive como jugó. Tiene un hijo con su actual pareja y otros 10 fruto de otras relaciones. Actualmente es el embajador de la Selección Sub-20 de El Salvador. Pero no acudió a la reciente cita mundialista de la categoría. El genio anda melancólico al recordar duras circunstancias familiares a lo largo de su vida que ahora no es el caso sacar a la luz. El Cádiz quiere que sea, de nuevo, imagen en su campaña de captación de abonados. ¡Es increíble! Gente de 20 años que no le ha visto jugar le tiene como una leyenda, referente del cadismo e imagen de un tiempo inolvidable.
En Cádiz no le olvidan.
Quien esto escribe se remonta a la temporada 1988-1989. El Cádiz
