.

Existen lugares en el mundo, por ejemplo en Australia, donde equipos de expertos recorren el país con el fin de grabar las diferentes voces de los aborígenes, cuya cultura no emplea la escritura, ante el temor de que desaparezcan. Aquí, los "expertos oficiales", trabajan para todo lo contrario: para ver si esa puñetera forma de hablar y de sentir que tienen los andaluces no se vuelve a oír más o, si se oye, que sea porque la hablan entre ellos (los jodíos), que ya se entenderán. Son maneras diferentes de tratar a una cultura, muy diferentes porque, como ya se sabe, los australianos se encuentran en nuestras antípodas.

Dicen las buenas lenguas que la enfermedad del nacionalismo se cura viajando. Pues bien, hagámosles caso, apliquemos el remedio: están ustedes invitados a conocer Andalucía. A usted, que nos comprende, para que ratifique que somos un pueblo abierto, humano, solidario, universal, sabio, acogedor, sin fronteras, .... y a usted, nacionalista de donde sea, que nos desprecia, que nos niega nuestra historia, nuestra lengua, nuestra cultura, a ver si, conociéndonos, recibe la influencia de un pueblo milenario, tolerante por naturaleza, que ha sabido abrir sus puertas a todo el que ha llamado a ellas.


martes, 22 de enero de 2013

Las pizarras de Manu





PIZARRAS DE MANU


Los Juegos Olímpicos

 

Los Mayas

Los reyes de España



 Los bancos 

 

La desintegracion de la U.R.S.S.

 


 El codigo de Hammurabi

 

 El calor (la caló)

 

  Corea del Norte

 

La Prima de Riesgo

 

Las audiencias

 

La Guardia Civil

 

La Meca

 

Los E.E.U.U.

 

 

 

 

 

 


 



 

 

 

 

 

China

Los Reyes Magos

El tabaco


El gordo




 El horoscopo chino

Los motores

Los barcos

La Guerra de la Independencia

 La independencia de Cataluña

Todos los Santos

Los rios

La Reconquista

Gigraltar

 Coca-Cola

Los reyes ingleses

El paso del tiempo

Las señales de trafico

Africa

23-F

 Los pobladores de Andalucia

La mitologia griega 

El ciclo del agua

Un poco de geografia 

Husos horarios

Descolonización 

La fecundacion

 Las corridas

 

 

 

 

 

 

jueves, 17 de enero de 2013

Castillo de Medina - excavaciones 2.012

Arqueología

Los arqueólogos del Castillo de Medina publican un informe con las excavaciones de 2012

 Miércoles, 16 de enero 2013

Salvador y Manuel Montañes Caballero y Alberto Ocaña han hecho público un documento donde hacen un recorrido por los resultados obtenidos en la campaña de excavación del año 2012

Los arqueólogos del Castillo de Medina publican un informe con las excavaciones de 2012

Los trabajos que el grupo GEHA (Grupo de Estudios de Historia Actual), bajo la supervisión de los arqueólogos, Salvador y Manuel Montañes Caballero y Alberto Ocaña, está llevando a cabo en el Castillo de Medina Sidonia han vuelto a dar a la luz nuevos e importantes datos y nuevos restos relacionados con la fortaleza asidonense.
Los arqueólogos encargados de los trabajos han hecho público un documento donde hacen un recorrido por los resultados obtenidos en la campaña de excavación del año 2012.
En este sentido han destacado que «la actividad arqueológica se ha centrado en dos espacios muy diferentes: uno fue utilizado como hábitat por diferentes sociedades que ocuparon el Cerro del Castillo, y el otro fue una necrópolis asociada a la iglesia de Santiago del Castillo (siglos XIV y XV)»
Imagen de una de las nuevas áreas


Desde el año 2004 se están desarrollando en el Castillo de Medina Sidonia una serie de investigaciones históricas e intervenciones arqueológicas. Estos trabajos han permitido documentar una secuencia completa de diversas sociedades a lo largo de unos 3.000 años.
GEHA ha detectado que hay suficientes evidencias de contactos entre comunidades indígenas y fenicio-púnicas. Abundan cerámicas realizadas a mano, y un conjunto de armas de metal junto a diversos tipos cerámicos a torno y decorados con barniz rojo. Entre todas estas cerámicas foráneas, destaca un vaso con asideros zoomorfos con una clara vocación para ser usado en actividades de culto.
Una primera superficie de excavación arqueológica es la que correspomde a estructuras constructivas habitadas y de cronologías muy distintas. Se han localizado productos arqueológicos, cerámicas  del momento del Bronce Final y presencia de los colonizadores fenicios, así como de época romana y medieval.
Vista aerea de la necropolis y parte de Medina
 En su investigación, los arqueólogos llaman la atención hacia el volumen de buena parte de los muros. Unos porque pertenecen a la muralla medieval del Castillo, que enlazaba con el sistema defensivo de la villa de Medina Sidonia, pero también destacan los muros de cronología romana, de gran espesor y excelente construcción, que, sumados a los abundantes fragmentos de estucos pintados --enlucidos desprendidos de las paredes del entorno--, lleva a pensar que posiblemente nos encontramos ante un edificio público, que parece situarse fuera del castellum militar romano.
Asímismo, según destacan «los datos aportados por la arqueología han obligado a una revisión profunda de cuanto se había publicado sobre la fortaleza asidonense». En primer lugar, hasta el siglo XX, los elementos constructivos visibles del castillo se catalogaban como las ruinas de una fortaleza islámica. Sin embargo, esta identificación no era correcta, ya que pertenecen al siglo XV, período en el que Medina Sidonia formaba parte del reino de Castilla. En segundo lugar, el sentido defensivo del Cerro del Castillo se ha perpetuado a lo largo de la Historia, y ha quedado demostrado por las tres fortalezas reconocidas: la de época romana repúblicana (al memos del siglo I a.C.), excepcional por su conservación, técnica constructiva y singularidad en toda la Península Ibérica; la fortaleza islámica (siglos XI-XIII), de época almorávide-almohade y técnica constructiva de tapial ;por último, el citado castillo del siglo XV, cuyo diseño estuvo condicionado por los usos pirobalísticos y poliorcéticos imperantes”.
Excavación arqueológica en el Castillo de Medina Sidonia
Detalle de un enterramiento
Del mismo modo han sacado la conclusión de que «la excavación arqueológica en la necrópolis cristiana de los siglos XIV y XV ha permitido documentar 75 inhumaciones, unos mejor conservados que otros, pero todos guardando unas características comunes --orientados hacia el Este, brazos cruzados y sin ajuares--. Se han reconocido tanto hombres como mujeres, y adultos y niños de edades variadas. . Sin duda, se trata de una parte de los vecinos que habitaron en estos siglos en la Villa Vieja y el alcázar, lugares próximos al castillo y poblados de casas; también debieron enterrarse los moradores de la fortaleza asidonense».
Y por otro lado «el estudio preliminar de antropología física ha permitido obtener una serie de datos básicos sobre los individuos que habitaron en Medina Sidonia en una época tan trascendente y convulsa como fue el final de la Edad Media y los comienzos de la Edad Moderna. El sexo, la altura y la edad en el momento de la muerte, así como enfermedades que dejaron huella en los restos óseos nos aproximan a los modos de vida y de trabajo de personas que respondieron a un nombre propio y a una filiación social de la que somos herederos».
Atardecer desde las ruinas del castillo
Las anomalías observadas en los restos óseos se repiten entre los adultos --artrosis, desgaste y pérdida de dientes--, derivado en buena medida por la intensidad del trabajo físico y una alimentación muy básica. Según los arqueólogos, todo parece indicar que se trata "de grupos de población consolidados tras la conquista cristiana de Medina Sidonia en 1.264".
Para los tres arqueólogos sobre los trabajos que se están efectuando en el Castillo de Medina Sidonia «tenemos la obligación de difundir nuestro Patrimonio Histórico y, por tanto, dotar al lugar de una utilidad que garantice su conservación en óptimas condiciones, para que contribuya a que la ciudad de Medina Sidonia se consolide como un centro de atracción de visitantes, con lo que de dinamización económica y creación de empleo ello supone».






EL CASTILLO DE MEDINA SIDONIA (CÁDIZ): METODOLOGÍA, INVESTIGACIÓN E INTERPRETACIÓN HISTÓRICA


SALVADOR MONTAÑÉS CABALLERO, Arqueólogo.
MANUEL MONTAÑÉS CABALLERO, Arqueólogo.

RESUMEN

Desde hace aproximadamente veinte años, Medina Sidonia viene apostando por poner en valor su
rico patrimonio histórico y, especialmente, el arqueológico. En este sentido, el inicio de la investigación en el castillo de la ciudad, en la cumbre del cerro del mismo nombre, ha supuesto, por un lado, la profundización en el conocimiento del pasado de este lugar, contando ya con datos para establecer su evolución desde la Prehistoria Reciente hasta la actualidad, prácticamente sin solución de continuidad; y, por otro, con la puesta
en valor de lo hasta ahora excavado, se ofrece a la sociedad un nuevo espacio cultural, emblemático por su historia particular y por su emplazamiento privilegiado.

Los trabajos de análisis de la documentación histórica relacionada con la fortaleza asidonense, así como las actuaciones arqueológicas desarrolladas, están revelando que nos hallamos en un espacio fundamental para conocer el pasado de esta población, al concentrarse, tanto en estratificación horizontal como vertical dicha evolución histórica. De ello trataremos en este artículo, dando a conocer aspectos inéditos y que modifican radicalmente todo lo que hasta ahora se había escrito al respecto.

1. JUSTIFICACIÓN DE LAS INTERVENCIONES

  
Fotografía aérea del Cerro del Castillo.

Resultaba necesario actuar sobre el lugar para detener el progresivo deterioro de las estructuras emergentes de la fortaleza que han llegado hasta nosotros, que han venido soportando una degradación intencionada de origen antrópico que comenzó en el siglo XVI y que ha continuado hasta los años ochenta del siglo XX; siendo desde entonces los agentes atmosféricos el principal peligro para la preservación de este legado histórico.

Junto a los aspectos anteriores, las actuaciones arqueológicas quedan justificadas expresamente por lo siguiente: El castillo de Medina Sidonia y su entorno se encuentra catalogado como Bien de Interés Cultural, en virtud de la Disposición Adicional Segunda de la Ley 16/1985 del Patrimonio Histórico Español (asume lo recogido en Decreto 22/04/1949, 571/1/1963 y 499/1973 sobre protección de estructuras defensivas), por lo que la cautela arqueológica es inherente a cualquier intervención en el lugar.
Con los trabajos acometidos y los que está previsto ejecutar en fases sucesivas, se pretenden las siguientes acciones de carácter históricoarqueológico y de consolidación arquitectónica:

•••• Comprensión de la cumbre del Cerro del Castillo, con defi nición de las diferentes estructuras defensivas y de otras unidades de ocupación, a partir de la excavación en extensión y análisis de fuentes y bibliografía existente.

•••• Asesoramiento en el proceso de consolidación/restauración y puesta en valor.

•••• Por último, colaboración en la adecuación por fases de espacios y el diseño de itinerarios para la visita del interior y entorno inmediato del castillo.

2. ANTECEDENTES DEL LUGAR

Desarrollamos a continuación las actuaciones previas que nos llevaron a diseñar y ejecutar la excavación arqueológica en extensión de los espacios en los que hasta ahora se ha actuado; empleando una metodología de investigación diseñada y adaptada al lugar concreto objeto de estudio, teniendo en cuenta estos tres aspectos básicos:

a.- La investigación de estructuras defensivas como los castillos, conlleva el análisis de un período extenso de la misma (en nuestro caso, desde la Prehistoria Reciente a la actualidad), para lo que aplicamos un método regresivo, partiendo de las huellas materiales visibles que nos han llegado.

b.- Entender la fortaleza, y más ésta, que se encuentra asociada a un núcleo urbano, como una estructura de múltiples significados, no entendiéndose sólo como un fenómeno técnicomilitar, pudiendo abordarse su estudio desde puntos de vista políticos, económicos, ideológicos y simbólicos.

c.- El análisis crítico del castillo conlleva el manejo de una documentación múltiple: documentos escritos, bibliografía, material gráfico y, fundamentalmente, la aportación del registro arqueológico. La interacción de todos los datos que aportan estos tres aspectos son los que nos acercan a una interpretación sobre la evolución del lugar.

2.1. Fase de estudios previos

Siguiendo esta metodología, con los estudios previos, ejecutados en el primer semestre del año 2005, llegamos a tener un conocimiento bastante aproximado al respecto de la evolución que ha tenido este sitio, los distintos momentos históricos de ocupación y usos, cronología e interpretación de las estructuras  emergentes y de las que se fueron descubriendo en los diferentes sondeos realizados. Esta fase la dividimos a su vez en tres etapas diferenciadas, complementarias unas de otras, y que, exponiéndolo de manera sucinta, han aportado los siguientes resultados:

2.1.1. Etapa de estudio documental y bibliográfico

La ciudad de Medina Sidonia con su cuádruple recinto amurallado en 1541, cuando todavía no se había iniciado el derribo de la fortaleza medieval. Dibujo de Pedro Barrantes Maldonado
La investigación en las fuentes documentales y bibliográfi cas ha sido uno de los aspectos importantes de nuestro estudio, con lo que pretendíamos alcanzar un conocimiento lo más amplio posible sobre la evolución de la zona y, fundamentalmente del castillo. Acudimos para ello a fuentes del Archivo Municipal de Medina
Sidonia, del Archivo Parroquial de Santa María la Mayor de la localidad, la Real Academia de la Historia, Biblioteca Nacional y Hemeroteca (Diario de Cádiz). Así como a una amplia bibliografía: general sobre períodos históricos de interés, específi ca sobre la historia de Medina Sidonia, memorias de intervenciones sobre el patrimonio asidonense (recinto amurallado) y en concreto en el Cerro del Castillo de Medina Sidonia (Villa Vieja y Castillo), general sobre castellología, específi ca sobre estudios e intervenciones en castillos y específi ca sobre materiales muebles.

Toda esta recopilación documental y bibliográfi ca nos aporta una visión sobre el potencial histórico que, más tarde, vimos reflejado en mayor o menor medida en los resultados marqueológicos, y que podríamos resumir en lo siguiente:

a. Protohistoria/época fenicio-púnica

Los vestigios materiales más antiguos que hasta el momento se habían localizado en el entorno inmediato e interior del Castillo de Medina Sidonia eran fragmentos de vasijas cerámicas a mano, algunos de ellos con las superficies bruñidas, a la vez que teníamos noticias de hallazgos de piezas líticas pulimentadas (hacha/
azuela). Se correspondían con hallazgos de superficie, motivados por diversas remociones incontroladas del terreno, que habían alterado niveles de ocupación que podríamos encuadrar cronológicamente en la Edad del Bronce Final.

La bibliografía tradicional recoge el hecho de la fundación de la ciudad por colonos fenicios, pudiendo apuntarse ejemplos como los que siguen, y que hacen referencia a un posible recinto amurallado (que no debe identificarse necesariamente con el Cerro del Castillo).

(...) fenices (...) y en hallando oportunidad pusieron mano á la obra y á una nueva
población. Acabose el templo, y creció el pueblo fortifi cándole bien y diéronle
nombre de Sidonia por ser parte dellos (...) (HOROZCO 1845: 31).

(...) los Fenicios (...) en la población de Medina Sidonia, en que pagados de la
fertilidad, riqueza y proporciones de su situación, sin repugnancia ni sospecha de sus
naturales, se fortifi caron, (...) (MARTÍNEZ 1875: 7) (...) los turdetanos (...) Estos
hombres valientes y oprimidos tomaron sus medidas, y con acertadas providencias dieron sobre
Sidonia, acometiéndola con sobrado aliento. (MARTÍNEZ 1875:13)
Aunque los Fenicios estaban descuidados y nada recelaban menos que este asalto
de sus abatidos confi nantes, pudieron defenderse algún tiempo favorecidos de los
fuertes muros que rodeaban la ciudad (...) (MARTÍNEZ 1875: 14).

b. Épocas romana/bizantina/visigoda

Con respecto a hallazgos del período romano, durante la construcción de los depósitos de abastecimiento de agua de Medina Sidonia, a finales de los años cincuenta del siglo XX, en un lugar del Cerro del Castillo inmediato a la fortaleza, aparecieron entre otros restos varias esculturas en mármol, depositadas hoy en el
Museo Provincial de Cádiz, así como un gran número de fragmentos cerámicos de muy diversas tipologías (cerámicas comunes, terra sigillata,...).

Asimismo, en el interior del Castillo se apreciaban indicios de fábricas y vestigios cerámicos de cronología romana. Las fuentes que tratan de la época visigodo/bizantina también apuntan a que Medina Sidonia era en aquellos momentos un lugar fortifi cado, como lo deja apuntado Joannes Biclarensis en la segunda mitad del siglo VI:

Leovigildus rex Asidonam fortissiman civitatem proditione cujusdam Framidanei,
nocte occupat e militibus interfectis memoratam urbem ad Gothorum revocat
jura (CASTRO 1858: 206-207).

c. Época musulmana

Antes de iniciarse la excavación sistemática, era común la creencia de que de estos momentos eran la mayor parte de las estructuras constructivas emergentes del Castillo y de todo el Cerro del mismo nombre; lo que, como ha quedado ya patente con los trabajos arqueológicos y análisis paramentales que aquí adelantamos, no se ajusta a la realidad. A falta de otros vestigios, sólo sabíamos que en la excavación de la Villa Vieja se habían localizado un gran número de silos excavados en el terreno natural, en cuya colmatación aparecen
materiales fechados en época almohade. Estas estructuras de almacenamiento se encuentran también aflorando a la superficie en el interior del Castillo, pudiendo existir otras soterradas.

Ataifor, siglo XI.

De estos momentos también poseemos datos que hablan de la toma de la ciudad por los normandos, así como que sirvió de base militar a las tropas musulmanas. Sobre el recinto amurallado en la Alta Edad Media la bibliografía tradicional recoge lo siguiente:

Este Capitán viejo (Musa), experimentado y de mucho crédito, vino a la Península
para llenarse de gloria y riqueza (...) luego que desembarcó en Algeciras, vino
primeramente á Medina Sidonia que era lugar fuerte (...)
(...) En efecto, Medina Sidonia fue reparada de sus destrozos, fortifi cada y mejorados
sus muros, según la idea y gusto de su conquistador: y también poblada algunos
años después de colonos palestinos (...) En esta alternativa de conquistas y
reconquistas que experimentó Medina Sidonia, no es posible averiguar el estado
de su fortaleza y armamento. Es creible que padecerían más o menos sus murallas
y el cuerpo todo, según la diversa conducta militar de los Capitanes que la combatían
y defendían. Lo que no admite duda es, que bajo cualquiera de las referidas
dominaciones (Humeyas, Almoravides, Almohades), siempre fue lugar murado
y fuerte. Así lo pedía la naturaleza de su situación y así la halló el Santo rey D.
Fernando cuando la ganó a los Moros el año 1249 (...) (MARTÍNEZ 1875: 61-63).

d. Baja Edad Media y primeros momentos de la Edad Moderna

Desde mediados del siglo XIII y hasta bien entrado el siglo XV la población se reducía básicamente al Cerro del Castillo, siendo zonas de vivienda de los vecinos tanto la Villa Vieja como el Alcázar, mientras el Castillo era ocupado por el Alcaide, guarnición y familia, extendiéndose posteriormente poco a poco por el
cuarto recinto amurallado o ciudad, que podemos hacer coincidir con el denominado hoy Barrio de
Santa María. Ante el hostigamiento continuo de los musulmanes del limítrofe reino de Granada, existe una especial preocupación por la reparación del recinto amurallado, que se deja ver en la documentación de la época conservada en el Archivo Municipal de Medina Sidonia. Sirva de ejemplo este fragmento de un documento fechado en Burgos en 1367, por el que, tras las quejas de una representación de la villa, el rey
Enrique II concede al Consejo de Medina Sidonia una serie de concesiones, especialmente de índole
económica:

(...) los muros della estan muy mal adobados e reparados e que esta villa non
a propios ningunos para los reparar e la conpannia della es muy menesterosa (...)
e que sabriemos en verdat que non auian en esa villa sinon fasta ciento e çinquenta
vecinos (...) (Archivo Municipal de Medina Sidonia, Sección Gobierno
-Disposiciones Varias-, Legajo 119, documento I, Burgos, 1367).

A partir de 1440, cuando la entonces villa pasa a manos del Conde de Niebla, posterior Duque
de Medina Sidonia, éste iniciará una política tendente a convertir a esta población en centro de
sus dominios de la zona gaditana, favoreciendo el asiento de nuevos pobladores y mostrando
una preocupación constante por reforzar sus defensas. En relación con ello ponemos la Bula
otorgada por el papa Nicolás V, fechada en el año 1453, por la que concede la remisión de todos
los pecados y la liberación de la obligación de restituir los bienes mal adquiridos durante diez
años a todos los que ayuden a la reparación de los muros de Medina Sidonia (documento transcrito
en RODRÍGUEZ y ANASAGASTI 1994: 433-435).

Por éste advertimos que la fortaleza islámica debía estar en muy mal estado, comenzándose la construcción de un nuevo castillo adosado por el exterior a los muros del anterior.

e. Época Moderna y Contemporánea. Destrucción y ruina

Proyectiles de fusil, estapa de ocupación
napoleónica.
Algún tiempo después de la caída del reino nazarí de Granada, comenzará el derribo sistemático del castillo, empleándose sus materiales en las nuevas edifi caciones de la población que estaba creciendo en su ladera, en una dinámica de desmantelamiento y abandono que se prolongará por espacio de casi cuatro siglos.

(...) Pero este arrogante edifi cio (el Castillo) vió su fi n antes de tiempo. Bien conservado
le tenian sus vecinos, cuando se promulgó la ley del Emperador Carlos V, fecha en
Valladolid año de 1523, y renovada en Toledo en el de 1525, en que mandaba
se derribasen las fortalezas inútiles de las fronteras. Al Castillo de Medina Sidonia
le tocó esta desgracia, y se ejecutó en él la sentencia, destruyéndose enteramente a
excepción de algunos trozos de bastiones, torreones y parte de sus murallas que
quedaron en pié para memoria de su grandeza (...) Pero hay indicios de que esto
no se verifi có inmediatamente, pues en el año de 1566 parece que aun existía (...)
Poco despues de esta fecha, hacemos juicio se efectuó su demolición (...) (MARTÍNEZ
1875: 67-68).

De los siglos XVII, XVIII, XIX y parte del XX, existen en el Archivo Municipal bastantes documentos que prueban que el Cerro del Castillo sirvió de cantera en la que se aprovisionaron de piedras y áridos para edificar gran número de edificios de la ciudad. También a través de las fuentes del Archivo Municipal  asidonense, nos acercamos a las obras de fortificación en torno a las ruinas del castillo ejecutadas entre 1810 y 1812 para albergar a buena parte de las tropas de ocupación napoleónicas (aprovechando para ello los materiales de la iglesia del desaparecido convento de San Francisco).
Fotografía de los años treinta del siglo XX,que muestra la portada construida por el cónsul chileno

En los años veinte del siglo XX se vende el Cerro del Castillo al cónsul chileno en Cádiz, imponiéndosele por parte del Ayuntamiento la reconstrucción de las murallas; habilitándose algunas de pequeñas zonas de habitación, el alzado con almenas del frente Norte y el recrecido de algunos lienzos de murallas y torres. A fi nales de los años cincuenta, también de ese siglo, se decide la construcción de los depósitos de agua de la ciudad, en lugar inmediato al Castillo, afectando a éste en parte. En los años setenta y ochenta, además de utilizarse algunos espacios como infravivienda, se instalan un gran número de antenas de radiocomunicación,
que se eliminarán a lo largo de la década siguiente, dejando no obstante la huella de dichas instalaciones en el interior del recinto fortifi cado (hierros, cableados subterráneos, cimentaciones y bases de hormigón).
En el año 1996 se consolida de urgencia la torre Noreste. En 1999 se consolida la torre Noroeste y parte del lienzo de la cara Oeste del Castillo, con reposición de piedras del careado del muro, utilizando como criterio diferenciador el rehundido de la nueva fábrica.

2.1.2. Etapa de sondeos estratigráficos

Paralelamente a la recopilación documental y bibliográfi ca, realizamos una serie de sondeos estratigráfi cos en el perímetro de las murallas e interior del castillo, con fi nanciación de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y la colaboración del Excmo. Ayuntamiento de Medina Sidonia, que han servido para corroborar y ampliar los datos que sobre el lugar iban apareciendo refl ejados en las fuentes y otros antecedentes, además de servir de base sus resultados, como hemos ya indicado, para la elaboración del proyecto de intervención arquitectónica y de puesta en valor.

2.1.3. Etapa de estudios analíticos y caracterización de materiales

El último paso de este acercamiento a la investigación iniciada en la plataforma superior del Cerro del Castillo consistió en la recogida de muestras de diferente naturaleza, que no llegan a aportar datos concluyentes sobre aspectos de interés histórico: la piedra arenisca empleada en la elaboración de sillares de la construcción romana y la mampostería del castillo bajomedieval, se corresponden con la que puede hallarse en el entorno de Medina Sidonia, aunque aún no es posible precisar la cantera o canteras de la que se extrajo; con respecto a los morteros de cohesión de las diferentes fábricas detectadas, formados por
áridos del lugar poco refi nados y cal, los análisis no determinan una diferencia sustancial entre ellos que nos permitan discriminar unos de otros y emplearlos así como referentes cronológicos.

2.2. Conclusiones generales de la fase previa

Por ser fundamental para la comprensión de las actuaciones que se desarrollarían en el primer proyecto de excavación sistemática, destacamos algunas de las conclusiones generales de esta fase previa:

•••• Lo primero que se trasluce es el enorme potencial arqueológico que encierra el Cerro del Castillo, con multitud de datos hasta ahora inéditos que han contribuido a interpretar las estructuras emergentes y las que hemos ido localizando en los diferentes sondeos realizados; a la vez que detectar cómo existían preciaciones, que se han demostrado erróneas, en alguna de la documentación manejada y en toda la bibliografía que se ha ocupado del castillo de Medina Sidonia, al atribuir a la época islámica los restos de murallas y torres de la
fortaleza emergentes, de fábrica de sillarejo y mampostería, cuando la construcción de dichas estructuras debemos situarla en la segunda mitad del siglo XV, cuando ya toda la Comarca lleva dos siglos en manos
castellanas.

•••• Advertimos también en la documentación, y así se manifi esta en los resultados del trabajo de campo, la complejidad de este espacio de aproximadamente una hectárea, donde, a lo largo de un período de casi 3.000 años, las diferentes culturas que han ocupado este solar han incidido de forma importante, bien sobre la orografía original del terreno, sobre unidades de ocupación precedentes, o alterando ambas para adaptar el lugar a la necesidades de los nuevos ocupantes. De este modo, encontramos rebajes del terreno geológico para conseguir nivelar superfi cies; excavación sobre éste de zanjas para cimentar muros y practicar  elementos defensivos tan potentes como el foso descubierto en el lado Norte de la fortaleza; superposición
de estructuras de diferente cronología, con técnicas edilicias y materiales semejantes en la mayoría de los casos, y muy contrastadas en otros; reutilización de espacios y muros sin apenas modifi caciones en diferentes momentos; y, por el contrario, estructuras que cortan a otras de épocas anteriores y/o  amortización de las construcciones en todo o en parte, reutilizándose los materiales constructivos en el mismo lugar o acarreándose a otros puntos.

•••• En relación con todo lo anterior, una característica generalizada más de todas las zonas en las que se ha intervenido ha sido la alteración antrópica de niveles arqueológicos, lo que ha hecho difícil en algunos casos establecer con seguridad las secuencias estratigráfi cas; puesto de manifi esto en el intrusismo de materiales en niveles anteriores, a veces a través de fosas perfectamente defi nidas en los cortes del terreno y otras simplemente por encontrar revueltos vestigios muebles de diferente cronología. Esta acción del hombre sobre el lugar se detecta más extendida a partir del siglo XVII, momento en el que ha comenzado el desmantelamiento del castillo, utilizándose sus materiales constructivos en las obras de edifi cación de la ciudad que se está extendiendo extramuros de la villa medieval y de las infraestructuras que la acompañan. Y no sólo la cantería de piedra, sino también áridos (tierras y ripios), con lo que a lo largo de los siglos XVII al XX no sólo se verá desaparecer buena parte de la fortaleza, sino que también se alterará la morfología del cerro, a lo que contribuye también de manera importante factores meteorológicos que provocan la erosión y
deslizamientos del terreno.

•••• Algo que parece concluyente por los datos que hemos ido recopilando en esta fase previa, es que la cumbre del Cerro del Castillo ha tenido a lo largo del tiempo un uso casi exclusivamente defensivo-militar,
a excepción quizás de la época altoimperial romana, en la que este uso no aparece tan claro, basado en la posición geo-estratégica en la que se sitúa este enclave, desde el que se domina buena parte del cono Sur peninsular y vías importantes de comunicación entre la costa y el interior. A la vez, esta misma situación hacía prácticamente inexpugnable la fortaleza que se ubicase en su cumbre. Por extensión, ello explica la preeminencia que el hábitat urbano ha tenido en diferentes momentos de la historia con respecto a los
demás núcleos de su entorno; y la seguridad que las construcciones militares del Cerro del Castillo aportaban a la población que se asentaba en esta altura.

3. PRIMERA FASE DE EXCAVACIÓN EN EXTENSIÓN

Reproducimos a continuación los aspectos más relevantes de la Primera Fase de excavación arqueológica que se ha desarrollado en el espacio de las fortalezas asidonenses. Cuando, en el año 2004, el Ayuntamiento
de Medina Sidonia nos solicita, en unión con el arquitecto José Ignacio Fernández-Pujol Cabrera, la  redacción de un proyecto para la puesta en valor de las ruinas del castillo, con el bagaje que del lugar ya teníamos, entendimos que sería una labor ardua en cuanto al tiempo y a los recursos que habría que invertir para ello, al tratarse de una extensión de terreno amplia (una hectárea) y un enclave, por lo que conocíamos entonces, de un gran potencial histórico-arqueológico, que podría deparar muchas “sorpresas” positivas
una vez que se comenzase a excavar de forma sistemática en el lugar.

Aunque unos planteamientos de estricta metodología de investigación arqueológica nos hubiesen llevado a otro tipo de estrategia de excavación, el punto de partida para la elaboración del proyecto de intervención arqueológica al que debimos ajustarnos fue el de defi nir los trabajos precisos de apoyo a la consolidación y restauración arquitectónica de los lienzos de muralla hasta entonces emergentes, así como de la parte de esos mismos muros que se encontraban soterrados; también se tenía prevista la actuación sobre otras
posibles estructuras que sin duda aparecerían en el transcurso de la excavación; y, finalmente, contribuir con la excavación arqueológica de las diversas zonas a crear espacios adecuados para el público, estableciendo un circuito o recorrido coherente en el que las visitas pudiesen disfrutar a un tiempo de los atractivos paisajísticos, sin olvidar el análisis e interpretación de carácter científi co, así como alcanzar una visión material precisa de la evolución histórica de estos espacios a partir de los restos que se localizasen, los cuales serían puestos a continuación en valor.

El proyecto de intervención arqueológica

Puesta en valor del paseo perimetral externo.


Como hemos dicho, los estudios previos aportaron una amplia y valiosa información, permitiéndonos obtener una idea aproximada de los hallazgos que la excavación en extensión pondría al descubierto, los elementos que serían de interés para la puesta en valor y, en defi nitiva, el volumen de trabajo que habría que acometer, el personal necesario, etc.; datos que igualmente sirvieron de aproximación al redactor del proyecto arquitectónico.

Teniendo presentes todos los condicionantes anteriores, la información aportada por los sondeos realizados y los fi nes que se perseguían de rentabilización social de las inversiones a realizar, diseñamos un programa de trabajo o proyecto de ctuación arqueológica global de todo el espacio enmarcado por el recinto amurallado del castillo y del perímetro externo, que fue tramitado ante la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía en Cádiz y autorizado posteriormente por la Dirección General de Bienes Culturales. Aunque, como decimos, contemplaba la excavación de todo el castillo
y su entorno inmediato, metodológicamente dividimos el espacio en diferentes áreas y sectores que podrían ir abordándose sucesivamente y de manera independiente en función de los objetivos arquitectónicos marcados, del tiempo y los medios materiales y económicos con los que se contaba; y con la característica de que así se garantizaba el que los sectores en los que se decidiese actuar, una vez fi nalizado el programa, quedarían puestos en valor, es decir, aptos para ser visitados por el público. Aunque éramos conscientes de
que una buena parte de la fortaleza quedaría sin ejecutar, dadas las dimensiones y la complejidad arqueológica del lugar; estas zonas en las que no se actuara se podrían acometer en una fase posterior, aplicando la misma metodología de trabajo y coordinación con el equipo responsable de la consolidación-restauración arquitectónica y puesta en valor.
Paseo interior, entre la muralla romana restauradas tanto en sus partes emergentes

En resumen, y a grandes rasgos, de acuerdo con el arquitecto redactor del proyecto arquitectónico, nos planteamos:

•••• La creación de un paseo perimetral externo que discurriría al pie de las murallas, que serían restauradas tanto en sus partes emergentes como en las que se pusieran al descubierto en el proceso de excavación arqueológica. Para ello se realizaría la excavación, al menos, hasta el nivel de cimentación de los muros
y regularización del terreno hasta la cota de “paseo” que se marcase en función de la topografía, las características constructivas de los lienzos y torres existentes y de la composición de las unidades estratigráficas que colmataban estos espacios.

•••• Como descarga de la presión que la tierra acumulada ejercía sobre la cara interna de las murallas, se contemplaba así mismo la excavación del perímetro interior del castillo, en una franja de aproximadamente 4 metros de anchura. Su excavación total permitiría igualmente la creación de otro paseo por el interior de la fortaleza y a una cota superior al externo, en la que estarían puestas en valor aquellas otras estructuras constructivas que fuesen saliendo a la luz con la excavación.

Con la ejecución de estos trabajos arqueológicos y los arquitectónicos de consolidaciónrestauración de estructuras, la posterior puesta en valor de los espacios, “urbanización” de recorridos y adecuación de accesos, se comprometían las inversiones aprobadas por los gestores del Programa CULTURCAD.

4. INTERPRETACIÓN HISTÓRICA DE LA EVOLUCIÓN DEL LUGAR

En el proceso de excavación se está comprobando la fuerte incidencia antrópica sobre los depósitos estratigráfi cos antiguos, alterando y/o eliminando las colmataciones anteriores, especialmente desde que se decide en el siglo XVI derruir la fortaleza y comenzar a desmontarla para reutilizar sus materiales en
nuevas construcciones de la población (iglesia de Santa María, Ayuntamiento, obras particulares, infraestructuras públicas, etc.) y, sobre todo, por las remociones del terreno realizadas en los últimos 200 años (de fuerte impacto sobre el sustrato estratigráfi co excavado hasta ahora es el período de ocupación de las tropas napoleónicas entre los años 1810-1812). Ello hace que en la secuencia estratigráfica se produzcan lagunas importantes entre una y otra fase de ocupación histórica, o que los materiales de diferentes períodos históricos aparezcan mezclados a causa de dichas remociones.

No obstante, los resultados siguen siendo muy significativos, especialmente en cuanto a la excavación del perímetro interno de la fortaleza se refi ere, en donde se han realizado los hallazgos más espectaculares, llegando en el estado actual de la cuestión a poder defi nir con cierta certeza los diferentes momentos de ocupación del lugar, que en síntesis son éstos:

• PREHISTORIA RECIENTE / PROTOHISTORIA:
caracterizada por el hallazgo de una buena cantidad de vestigios cerámicos y algunas piezas líticas  (hachas/azuelas pulimentadas, “diente de hoz” de sílex) de la Edad del Bronce; aún sin asociación de estos
Fragmento de vasija a mano bruñida
materiales a estructuras constructivas. Son depósitos, por lo general, alterados por cimentaciones posteriores de la época romana e islámica. También suelen aparecer restos en estratos más modernos y, por tanto, descontextualizados.

En el sector Sur exterior se han encontrado, todavía de forma testimonial por su escaso número, vestigios cerámicos a torno (engobe rojo y fragmentos de ánforas) asociados claramente a la cerámica a mano, vestigios de la presencia fenicio/púnica.

• ÉPOCA ROMANA (siglos II a.C.-III d.C.):
Si bien en la fase de estudios previos detectamos la existencia de construcciones de sillares en al menos dos zonas del castillo, la excavación del perímetro interno deparó un hallazgo que va a adquirir una gran importancia, al tratarse de unos lienzos de muralla de sillares con torres-contrafuertes rectangulares distribuidas a tramos regulares por el paño, con un alzado que llega en algunos puntos a superar los dos metros de altura, que conforman una edifi cación de 60 x 40 metros, con dos grandes torres en los ángulos del lado Sur fuera de su contorno, con una superfi cie aproximada cada una de 100 m2, a la que parece estar asociado el foso excavado en el terreno geológico descubierto en su lado Norte, de perfi l en V, acabado en cubeta cuadrangular, además de restos de una serie de cisternas para almacenamiento de agua.

 Tanto la técnica edilicia como los materiales localizados en diversos puntos de su cimentación, nos llevarían a situar dicha edificación en la época romano-republicana, a la vez que existen diversas unidades estratigráfi
cas aún no excavadas que apuntan igualmente a una cronología anterior a nuestra era, a lo que se suma el hallazgo de materiales descontextualizados fechados entre los siglos II y I a.C. Trabajamos con la hipótesis
Muro romaro y torres-contrafuertes, en el lado Este
de que nos hallamos ante un castellum militar, al menos en los primeros momentos de ocupación,  aprovechándose la excelente situación estratégica del lugar para el control del territorio (las revueltas que se desarrollan contra la presencia romana en la región, auspiciadas por la ciudad de Asta durante buena parte del siglo II a.C., junto a la excelente posición geográfi ca, podían ser algunas de las explicaciones para ello).

La importancia de este descubrimiento radica en que, de confi rmarse la interpretación que hacemos y según la investigación de paralelos realizada, no existen otros ejemplos, con este grado de conservación, de iguales o parecidas características constructivas y funcionales en España. Durante el Alto Imperio intuimos que
el uso defensivo de este imponente edificio pasaría a un segundo plano o, simplemente, su función principal pasaría a ser cultual y propagandístico, convirtiéndose en un símbolo del poder, en un lugar de culto, probablemente de la familia imperial (localizamos fragmentos de estatuas, algunos pertenecientes a figuras colosales; además de poner en relación con esto el hallazgo producido hacia la mitad del siglo XX en espacio inmediato al castillo de los retratos de Livia, Druso y Germánico, que se encuentran en el Museo Provincial de Cádiz).

Vista del foso.


• BAJO IMPERIO, ÉPOCA BIZANTINA YVISIGODA (siglos IV-VIII):
Si bien todavía no lo tenemos constatado materialmente, de acuerdo con la documentación y la bibliografía tradicional, es previsible que durante los momentos de inestabilidad el castellum romano recobrase su funcionalidad como fortaleza defensiva, suponiendo la inexpugnabilidad del enclave un factor decisivo para que Asido adquiriese un papel protagonista en el territorio, mientras otros núcleos del entorno languidecían. Situación que aprovecharían los bizantinos durante su ocupación de parte de la Bética entre mediados del siglo VI y el año 572, en que cae esta población en manos del rey visigodo Leovigildo; así, cobra sentido el califi cativo de fortissimam civitatem que le confi ere el Biclarense en estos momentos.

• ALTA EDAD MEDIA. ETAPA ISLÁMICA (siglos VIII-XIII):
Sección del foso del lado norte
Hasta el siglo X, los musulmanes utilizarían la sólida construcción romana; que sería sustituida en torno al siglo XI por un nuevo castillo de fábrica de tapial, de los que la excavación va sacando lienzos muy  desmochados que discurren paralelos o se encuentran bajo las murallas de sillarejos y mampostería de la fortaleza del siglo XV. Dejamos apuntado, como una hipótesis más de trabajo, que la desaparición de la sólida edifi cación de tiempo de los romanos hay que ponerla en relación con las campañas de castigo llevadas a cabo por Abderramán III contra el territorio de Sidonia, que buscaban acabar con los focos rebeldes que se oponían al poder de Córdoba. Por su participación en las revueltas, Medina Sidonia perdería la capitalidad de la cora, buena parte de su población sería trasladada a la nueva capital, Calsena (Junta de los Ríos, Arcos de la Frontera); y, para debilitar su estratégica posición y evitar nuevos  levantamientos, se arruinarían sus defensas, especialmente el inexpugnable castellum que se había conservado intacto desde la Antigüedad.

• BAJA EDAD MEDIA. ETAPA CASTELLANA (siglos XIII-XVI):
Vestigios de la muralla islámica de tapial
 Hasta ahora se pensaba que las ruinas de las murallas emergentes de sillarejo y mampostería, con alambor en casi todo el perímetro, pertenecían a la época islámica. El hallazgo de los muros de sillares romanos y de los de tapial almohade, así como las características técnico-constructivas de las murallas y torres de mampostería, nos llevan a afi rmar, avalados por la documentación archivística, la idea de que este tercer castillo edifi cado en la cumbre del cerro se realizase en la última mitad del siglo XV, cuando ya Medina Sidonia lleva dos siglos en manos cristianas, la fortaleza islámica se encuentra “muy mal adobada” y la generalización de la pólvora obliga a nuevos diseños defensivos.

• EDAD MODERNA (siglos XVI-XVIII):
Destrucción sistemática de la fortaleza, con reaprovechamiento de sus materiales en otras construcciones de la población que está creciendo a sus pies bajo el impulso de la casa ducal de Medina Sidonia.

• EDAD CONTEMPORÁNEA (siglos XIXXX):
Continuación del desmonte y ruina de los restos del castillo, con dos momentos puntuales que implican reconstrucciones: la ocupación por parte de las tropas napoleónicas entre 1810-1812, que realzan las murallas derruidas y en el interior construyen barracones y otras estancias para la tropa acuartelada en su interior, con numerosos vestigios materiales de esta presencia; y la adquisición de estos terrenos por parte
Compás de cartografía. En uno de los brazos
del cónsul chileno en Cádiz en 1925, con reaprovechamiento de estructuras realizadas por los franceses y reconstrucciones de carácter historicista.

BIBLIOGRAFÍA

CASTRO, Adolfo de (1858): Historia de Cádiz y su
 provincia desde los remotos tiempos hasta 1814, Cádiz.

HOROZCO, Agustín de (1845 ed.): Historia de la ciudad de
 Cádiz, (manuscrito de 1598), Cádiz.

MARTÍNEZ y DELGADO, Francisco (1875 ed.): Historia de la
ciudad de Medina Sidonia, (manuscrito de fi nales del siglo
XVIII), Cádiz.

RODRÍGUEZ LIÁÑEZ, Laureano y ANASAGASTI VALDERRAMA, Ana
María (1994): Medina Sidonia en la Baja Edad Media. Historia,
Instituciones y Documentos, Medina Sidonia.